
La vida cotidiana del niño y la niña activos es un fluir continuo de sensaciones, sorpresas y deseos. A veces parece que quieren todo lo que ven. Dejan de mostrar interés por lo que poseían hace un momento antes la aparición de alguna novedad, algún nuevo juguete,… Muchas veces este nuevo interés aparece en el contexto de sus relaciones sociales con otros amiguitos. Y en algunas ocasiones surge la envidia.
En primer lugar debemos ser conscientes de que la envidia, ese sentimiento de insatisfacción por no tener aquello que otros compañeros tienen, es completamente normal, por tanto, el cuidador debe acogerla con tranquilidad. Pero al mismo tiempo es importante saber tratarla. La primera receta es hacerlo con el máximo cariño hacia el envidioso, ese niño que esta, en ese momento, algo frustrado por no poseer lo que posee el otro. Según la psicóloga infantil Melanie Klein, la envidia es vivida como una pequeña amenaza, un sentimiento inevitable de vacío. Para ese niño solo es valioso, en esos momentos, aquello que no tiene. Muchas veces nos puede pasar lo mismo a los adultos, pero el pequeño tiene menos recursos para evitarlo y hemos de proporcionárselos nosotros.
Veamos unas orientaciones básicas. Lo primero es no escandalizarse, decirle al niño que comprendes su deseo, enseñarles a aceptar y contener la frustración, a esperar a que el otro le deje el juguete deseado a que llegue le llegue su turno. También es importante educar en la capacidad de compartir, de jugar juntos con “eso” que ambos desean. A los más mayores hemos de enseñarles a valorar lo que tienen y a alegrarse de lo que tienen los demás, a establecer lazos de empatía frente a la competitividad.
Los días de Navidad son, para los niños, sobre todo días de regalos. En torno a estos se manifiesta su gran capacidad de ilusión, de espera de que se cumplan sus deseos, de alegría ante los nuevos juguetes. Es por esto que la vuelta a la escuela puede ser una ocasión para compartir todo eso con sus amiguitos, y de trabajar los conatos de envidia y convertirlos en otro paso más hacia la difícil y valiosa socialización.
Centro de Educación Infantil Sambori.