Los primeros años de vida son los más importantes para el desarrollo cognitivo y afectivo del niño. En ellos el cerebro alcanza su máximo desarrollo. Se estructuran capacidades tan importantes como las de hablar, comprender, relacionarse y sentir emociones y afectos.
La estimulación temprana no consiste en acelerar el desarrollo, sino en aprovechar plenamente todo el potencial infantil desde el principio. Al niño se le estimula sin forzarlo para que se entregue a la actividad, que siempre adopta una forma atractiva.En la estimulación temprana intervienen los cinco sentidos mediante ejercicios,juegos, música o imágenes. Debe ser abundante y sistematica, utilizando estimulos visuales (luz y sombra, colores, formas) y auditivos (sonidos fuertes, voz, música).
Usamos el método de los “bits de inteligencia”. Son tarjetas de información visual sobre temas diferentes: flores, animales, etc. Se trabajan todos los días de manera rápida y cada serie dura dos semanas. Estas unidades de información desarrollan tanto la capacidad de observación como la atención, a la vez que estimulan la inteligencia, mejoran la memoria y ayudan a adquirir más vocabulario.